En un atardecer caluroso y de cielos despejados, entran los rayos del sol a través de la ventana de la casa de don René Rosado. Allí, sentadas en la sala, se encuentran Milca y doña Carmen, ambas con una sonrisa nerviosa antes de romper el hielo para contar la vida de este padre y esposo vinculados al movimiento cooperativista, legado que su hija Milca ha heredado.